
Palabras de sabiduría del Dalai Lama
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Palabras de sabiduría del Dalai Lama
Si desea transformar el mundo, intente primero promover su mejora personal y hacer innovaciones dentro de sí mismo. Estas actitudes se reflejarán en cambios positivos en el entorno de su hogar. A partir de este momento, los cambios se expandirán a proporciones cada vez mayores. Todo lo que hacemos tiene un efecto, tiene un impacto.
Si hay amor, también hay esperanza de que haya verdaderas familias, verdadera hermandad, verdadera igualdad y verdadera paz. Si no hay más amor dentro de ti, si continúas viendo a los demás como enemigos, no importa qué conocimiento o nivel de educación tengas, no importa cuánto progreso material hagas, solo habrá sufrimiento y confusión en el ajuste de cuentas final. El hombre continuará engañando y subyugando a otros hombres, pero insultar o maltratar a otros no tiene sentido. La base de toda práctica espiritual es el amor. Que lo practiques bien es mi único pedido.
La determinación, el coraje y la confianza en uno mismo son factores decisivos para el éxito. No importa cuáles sean los obstáculos y las dificultades. Si poseemos una determinación inquebrantable, seremos capaces de vencerlos. Independientemente de las circunstancias, siempre debemos ser humildes, modestos y desprovistos de orgullo.
Sería mucho más productivo si la gente buscara comprender a sus posibles enemigos. Aprender a perdonar es mucho más útil que simplemente tomar una piedra y arrojarla al objeto de tu enojo. Cuanto mayor sea la provocación, mayor será la ventaja del perdón. Es cuando sufrimos las peores desgracias que surgen grandes oportunidades para hacer el bien a uno mismo y a los demás.
La agresión es una tendencia que forma parte de nosotros. Entonces tenemos que luchar contra nosotros mismos. Los hombres criados en entornos rigurosamente no violentos resultaron ser los carniceros más horribles. Lo que prueba que la semilla de la agresividad más loca vive en el fondo de cada uno de nosotros. Pero nuestra verdadera naturaleza es, en general, pacífica. Todos conocemos la confusión del alma humana, que está sujeta a aterradores acontecimientos imprevistos. Pero esa no es su fuerza dominante. Es posible y es necesario dominar la agresividad.
Lo que más nos molesta es ver frustrados nuestros sueños. Pero permanecer desanimado no hace nada para que esos sueños se hagan realidad. Si nos quedamos así, ni siquiera vamos en busca de nuestros sueños, ¡ni recuperamos el buen humor! Este estado de confusión, que conduce al crecimiento de la ira, es muy peligroso. Tenemos que hacer un esfuerzo y no permitir que nuestra serenidad se vea perturbada. Ya sea que estemos experimentando un gran sufrimiento o ya lo hayamos experimentado, no hay razón para que alberguemos el sentimiento de infelicidad.
La felicidad es un estado del espíritu. Si tu mente todavía está en un estado de confusión y confusión, las posesiones materiales no te traerán felicidad. La felicidad significa tranquilidad.
Es a través del arte de escuchar que su espíritu se llena de fe y devoción y puede cultivar la alegría interior y el equilibrio mental. El arte de escuchar te permite alcanzar la sabiduría, superando toda ignorancia. Entonces, vale la pena dedicarte a ello, aunque te cueste la vida. El arte de escuchar es como una luz que disipa la oscuridad de la ignorancia. Si eres capaz de mantener tu mente constantemente rica a través del arte de escuchar, no hay nada que temer. Este tipo de riqueza nunca te será arrebatada. Ésta es la mayor de las riquezas.
Cuando practique la caridad, hágalo con alegría y con un semblante radiante. Debemos practicar la caridad con una sonrisa en nuestro rostro y optimismo en nuestro corazón.
Mejorar la paciencia requiere la presencia de alguien que deliberadamente nos haga daño. Este tipo de persona nos da la oportunidad de practicar la tolerancia. Nuestra fuerza interior se pone a prueba con más intensidad de la que nuestro guía espiritual sería capaz de hacer. En esencia, ejercitar la paciencia nos protege de la pérdida de confianza.
(XIV Dalai Lama)